domingo, 21 de marzo de 2010

¡Guiño poderoso de Astro!

Sí, chicos, sí.
Por fin he vuelto con mi blog, a la carga, después de un largo mes sin inspiración, cargado de exámenes, y reconozco que también dominado por la pereza (la sinceridad es lo más importante, ¿no?)
Pero... eh... bueno, claro, también es que como a los gnomos el paso del tiempo nos afecta de manera diferente a los humanos, y encima yo, que soy bastante paciente, pues... para mi no ha sido practicamente nada de tiempo (excusa muy mala, donde las haya)

Y el tema que he elegido para hoy queda que ni pintado con la situación que el blog ha estado viviendo: el paso del tiempo.

Porque resulta increíble que, hasta que no echamos seriamente un vistazo hacia atrás, no nos damos cuenta de lo rápido que pasa todo. Decimos "Uf, todavía queda un mes para que acabe el trimestre", por ejemplo, pero cuando dicho mes ha pasado no nos paramos de repetir que ese intervalo de tiempo ha pasado con una velocidad increíble. Es sorprendente lo contradictorio y raro que puede llegar a ser nuestra condición humana, ¿eh?.

Y vamos, yo el primero de la misma manera. Podría poner muchos ejemplos que demuestran este paso del tiempo, y podría citar muchas situaciones, como por ejemplo, la de mi amigo Daket, que recuerdo que quedando 3 ó 4 meses para el Salón del Manga de Jerez, solía preguntar "¿Cómo podré llevar el casco de Cabeza Piramidal al salón" y la gente le respondía "¡Tío, Daket, aún queda muchísimo para el salón!", pues ahora seguramente él recordará cuando le decían que quedaba mucho para el salón, pues estamos a poco menos de un mes de éste, y cuando el preguntaba quedaban practicamente 4 meses.

Pues ahora, mientras actualizo y reflexiono, me doy cuenta que realmente ese tiempo que le decían a Daket que quedaba, no me ha resultado para nada lento, y circunstancias así han existido a montones a lo largo de los 17 años de mi vida, podría poner cientos de ejemplos, recuerdo cuando me hablaban ya de bachillerato en 2º o 3º de ESO, y yo pensaba: dios santo, ¿ya me hablan de esto?, pues nada, aquí estoy, a punto de terminar ya el segundo trimestre de bachillerato, y ya me veo en la Universidad...

Muchos de vosotros me habréis visto crecer, sobretodo aquellos que formáis mi grupo de amigos de Huelva. Es nostálgico! Me conocistéis siendo un chaval de 14 años, y seguramente hayáis notado como he crecido, cambiado y madurado como persona, al igual que yo he visto también como muchos de vosotros habéis ido cambiando con el tiempo y las experiencias vividas. A mi me da la sensación de que incluso no soy capaz de concienciarme de la rapidez del avance del tiempo, y aunque he crecido, aún me sigo viendo de la misma manera que cuando tenía 15 años, puesto que siempre he estado acostumbrado a ser de los más jovenes de mi entorno, por lo que no me doy tanta cuenta de que realmente, estoy creciendo...

Sí, realmente, creo que esa sensación de Nostalgia es producida cuando nos damos cuenta de que, verdaderamente, muchas experiencias son dejadas atrás sin que nos demos cuenta, y que cada segundo vivido, deja a nuestras espaldas lo que ha forjado nuestra propia experiencia... llega a ser sorprendente el poder de Cronos.

Pero ser el más joven con 17 años creo que ya no es ser tan tan pequeño xD (de hecho, es la edad que tenían muchos de vosotros, los de Huelva, cuando os conocí, unos 16 ó 17 años, la misma que yo tengo ahora), y la verdad es que me doy cuenta de lo mucho que cambia todo, de manera tan rápida. Realmente, no sé que enseñanza sacar de esto: ¿no hay que exagerar tanto el sufrimiento, tal vez, puesto que el tiempo pasa rápido y todo podrá cambiar? ¿sería eso una buena enseñanza? Puede ser. ¿Seamos más pacientes y tengamos más armonía, puesto, lo que parece un largo camino, puede ser más corto de lo que parece?

Podría ser. Diría que la vida del ser humano es más convulsa de lo que pensamos, entre el rápido avance del tiempo y que cada decisión puede alterar caóticamente nuestra vida, wow... puede resultar increíble, y no sé que pensaréis vosotros, tal vez podamos sacar juntos como moraleja que el momento que estamos viviendo ahora mismo es un tesoro, porque después de un tiempo, lo recordaremos y lo sumaremos a la lista de nuestras experiencias personales, las cuales, muchas de ellas, nos hacen sentir verdaderamente vivos.